sábado, 12 de febrero de 2011

Las perlas del dire (II)

¿Qué es ser romántico?

Todos tenemos la imagen de que ser romántico tiene que ver con priorizar los sentimientos y la libertad, y rechazar el racionalismo y el normativo clasicismo; algo compatible con coger y tirarse por la ventana de manera impetuosa, por una causa sin solución, como un amor, una amistad o un ideal. Sin embargo, para los músicos, el romanticismo podía suponer todo lo contrario, como dilatar la llegada de algo realmente esperado.

Tan esperado como el alivio y el gozo de la resolución de una progresión armónica.

Y quién lo inventó?

Franz Schubert.

Como dicen los libros, a Schubert se le sitúa en el primer romanticismo. Sin embargo, ya realizó innovaciones en la armonía que luego fueron utilizadas masivamente por todos los que le siguieron. Eso lo consiguió acentuando la tensión a través del tratamiento armónico que acompañaba a sus melodías. Siendo tan romántico, aventuraba realizar modulaciones, estableciendo lo que es el desarrollo en los ámbitos de las tonalidades mediantes, es decir la tercera o la sexta, de la tonalidad principal. Se demoraba, pues, en el camino hacia la resolución. Para nuestro maestro Joan Cantarell, este gesto caprichoso, este paseo voluble, lleva implícita la quintaesencia del romanticismo que latía en el interior de su caja torácica. Nos lo describe sentado ante su piano, componiendo durante todas las horas del día y todas las horas de la noche, tapado con una manta para combatir el frío riguroso vienés, sin dormir apenas, y, cuando el sueño se hacía imperioso, hacerlo sobre el teclado, recostando la cabeza sobre el antebrazo, cubierto por la manta que tenía sobre la espalda.

Nos lo imaginamos perfectamente, joven y romántico, aprovechando hasta el último aliento de inspiración, evitando alejarse del piano, y por qué no, bebiendo una pizca de vino de tanto en tanto, para entrar en calor física y espiritualmente. En fases más expansivas se deja secuestrar por su círculo de amigos queridos, intelectuales y artistas, circulando por las tabernas o celebrando tertulias y Schubertíadas.

Los médicos lo comprendemos a la perfección, ya que todos hemos preparado nuestros exámenes durante la carrera de un modo parecido: dormitando unos minutos sobre la mesa de estudio, a altas horas de la madrugada, para despertarnos envueltos en frío, tomar algo caliente y continuar. La bebida, sin embargo, suele ser café.

El joven Schubert fue, pues, el creador de esta y otras innovaciones armónicas. Cuando pensemos, pues, en ser románticos, no lo apuremos todo de golpe. Estamos en febrero y el monte está lleno de almendros en flor.

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