domingo, 5 de junio de 2011

De niños con talento prodigioso




 

Un saludo muy cariñoso desde este blog para el niño prodigio Michael Andreas Haeringer, a quien sigo desde que era diminuto y empezó a tocar el piano como un virtuoso en la escuela de música a la que acudimos mi hija y yo.




Sábado después de comer de un fin de semana soleado de Junio en Barcelona. Normalmente apetece descansar, tomar un café, mirar una película, dar una vuelta por la ciudad, hacer una siesta, quedar con los amigos, acudir a algún concierto.

Pero nosotros… ensayo extra al canto!

Lo necesitamos porque tenemos un concierto el próximo jueves, en el que presentamos el Concierto en Re menor de Mendelssohn, con Rubén Herrera como solista.




Rubén durante el ensayo
Comenzamos el ensayo un poquitín tarde porque nadie encontraba las llaves del local. Rubén fue superpuntual y tenía prisa porque al terminar el ensayo tenía una actuación en un festival de música primaveral. Poco a poco fuimos llegando absolutamente todos. En fin de semana.

Comenzamos a pasar el primer tiempo, y a los pocos compases Juan Cantarell nos para y nos ilumina con las circunstancias vitales de Felix Mendelssohn en el momento de crear esta obra (1923, cuando tenía catorce añitos), su formación rigurosísima, su admiración por Bach, Mozart, Beethoven, y el por qué tenemos que considerar cada compás como un tiempo en frases de cuatro compases. Como premio a su paciencia, el acento de los compases donde él quería: desaparece el tópico “efecto anacrusa” y suena en su lugar una frase inteligente y sutil que, efectivamente, cambia mucho el carácter de la melodía y hace que ocurra algo inmaterial al escucharlo, de sentido encriptado, que es precisamente lo que hace que a música sea tan prodigiosa y llegue al alma.

Pasamos al Andante, primero sin Rubén, y en la segunda mitad Juan tiene que bajar de la tarima y avanzar amenazadoramente hacia los segundos violines y la violas para que toquemos fortissimo un pasaje solo de orquesta. “Con desesperación!” grita con su voz de barítono. Y de nuevo, consigue el efecto deseado.

Tercer movimiento. El jovencísimo Rubén Herrera marca el tono con un armónico de su violín. Lo difícil es ajustar la orquesta y hacer que suene como un velo aterciopelado que acaricie la sonoridad prodigiosa de Rubén y su violín.

Juan Cantarell y Rubén Herrera

El motivo alegre y chisposo del tercer movimiento, que nos vamos pasando como en una partida de ping pong, resplandece hasta poner la carne de gallina cada vez que lo acomete el solista. Al terminar, en lugar del acostumbrado golpeteo aprobador en el atril, todos soltamos los arcos para aplaudir de verdad y gritar bravo.

Cuando Rubén dio el último Re conclusivo y se volvió sonriente a nosotros, sorprendidos de lo que acabábamos de generar, comprendí, por qué merece la pena venir a tocar el sábado y todos los demás días que no son sábado en que también venimos a tocar.

Y desde mi esquinita con mi violonchelo, en un sábado de Junio por la tarde, pensé en Felix Mendelssohn a los catorce años componiendo este concierto tan brillante, pensé en Rubén Herrera, a la misma edad terminando de forma prematura los estudios de grado medio de su instrumento, y en el director, el maestro que teníamos delante modulándonos, exprimiendo lo máximo de nuestras capacidades para dar colorido a esta obra, Juan Cantarell, que a los catorce años debía de tocar el piano como un ángel, supervisado por Alicia de Larrocha y su musical familia, además de estudiar el violonchelo, armonía, composición y dirección de orquesta.


Mendelssohn niño

Cuentan que Felix Mendelssohn a los catorce años tenía una orquesta para poder experimentar. Un juguete para un niño especial y genial. A los que creen en las hadas no les costará ver que su espíritu se ha vuelto a reunir esta semana de Junio con estos otros dos niños geniales, Ruben Herrera y Juan Cantarell, para jugar un poco con un juguete llamado Orquestra Ars Medica.

Si creéis que exagero, el jueves lo podréis comprobar.

6 comentarios:

  1. Jo no crec que exageris. En principi hi podré anar, però no sé si em podré quedar al final. La meva filla torna de viatge fi de curs i l'he de recollir...en principi més tard de les onze. M'ho han de confirmar el mateix dijous al vespre.
    Si puc, em presento, ja tinc ganes de sentir-vos.;o)
    Nosaltres tocarem el Rèquiem el dia 17 a Badia del Vallès, a les 21h. No tinc l'adreça exacta però sé que és al costat de l'ajuntament.
    El dia 30 de juny toquem al poliesportiu de Lliçà de Vall. També a les 21.
    Encara no sabem si ho farem a Barcelona, tot i que ganes no en falten. Suposo que després de l'estiu buscarem un lloc on tocar-lo.
    Fins aviat
    petó

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  2. Hola Nameit!
    Com que veig que encara no has posat nou post en l'altre blog, donç he vingut a conéixer aquest de la Música.
    Me n'alegro de que t'agradi tant aquesta faceta de l'Art i que a més a més sàpiques tocar un instrument, cosa no gaire comuna en aquest país. Jo no en sé i prou que m'hauria agradat, sobretot aprendre el piano.
    Petons.

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  3. Fra Miquel, tant de bo puguis venir. El Ruben toca en segon lloc, i val molt la pena. De fet, em temo que el concert ens ha sortit una mica llarg... Si vens, i pots, puja a parlar amb nosaltres a la mitja part o al final... o abans de començar! Una abraçada!

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  4. Clariana, gràcies per entrar als blogs, és un honor per a mi. La meva mare sempre m'ha dit des de petita que l'art és la unica cosa que veritablement val la pena en aquesta vida. Continuaré seguint-te! Una abraçada...

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  5. El concert em va agradar molt, Nameit. Aquest Rubén és realment un virtuós. A mi no se'm va fer llarg.
    Et vaig enviar un correu però m'ha retornat. Suposo que vaig copiar malament el que em vas escriure. El problema és que ara no trobo el paper on me'l vas donar. Serà més fàcil que m'escriguis a framklagusti"arroba"gmail.com. Així segur que el tindré correcte.
    Petons

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  6. Gràcies, sí que és bo, sí, és un luxe tenir-lo! Estic contenta de que vinguéssis al concert gràcies al blog! Una abraçada!

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