jueves, 7 de abril de 2011

Las perlas del dire (III)



“La música debería haber sido realmente una ciencia hermética, conservada en textos con una interpretación tan extensa y difícil que habría desanimado a buen seguro a todo ese tropel de gente que se sirve de ella con la ligereza con que se sirven de un pañuelo.”  Claude Debussy




Hemiolias y Sextas Napolitanas

Trabajar una partitura a fondo, aprovechando todos los recursos compositivos que dispuso el autor, desenterrando los secretos armónicos escondidos entre las barras de los compases como un niño que busca huevos de pascua camuflados entre los muebles de la casa:

Manos y batuta de Juan Cantarell

esto es lo que hace Juan Cantarell, nuestro director, con sus “perlas”. Sin embargo, del mismo modo que hay quien no da puntada sin hilo, él no da perla sin intención.



En este caso, ocurrió analizando una pieza que venimos preparando y mejorando desde hace unos tres meses, un Concertino para cuerdas de Carlo Ricciotti. Ya he comentado en otras ocasiones que la obra se atribuyó a Pergolesi durante un tiempo, y ahora se tiende a atribuir su autoría a Unico Willem van Wassenaer (algún día explicaremos las anécdotas referidas a estos tres individuos). Bueno, pues resulta que este concierto barroco, no muy conocido, está tan sembrado de juegos rítmicos y devaneos con las tonalidades como el que más. Quién sabe cómo sonaba en “versión original”, con los instrumentos auténticos y en el entorno para el que se escribió!

Pero lo que sí podemos desmenuzar, la partitura que nos ha dejado, está repleta de detalles importantes que condicionan la interpretación y que se dirían auténticos guiños al futuro, secretos y curiosidades que nuestro director ha ido desvelándonos en forma de “perlas”. De modo que, con su permiso, hoy me he propuesto desgranar dos de las llamadas perlas del dire.


La Sexta Napolitana

Tanto Ricciotti (1681-1756) como Pergolesi (1710-1736) y Wassenaer (1692-1766) vivieron y trabajaron en el siglo XVIII, de manera que pudieron heredar algunos de los conceptos introducidos por el compositor napolitano Alessandro Scarlatti (1660-1726). Este último, si no fue el creador, sí fue uno de los primeros en utilizar el acorde con el sugerente nombre de sexta napolitana.

En algunos compases de la obra mencionada aparece uno de estos acordes, y Juan nos lo hace notar para que seamos plenamente conscientes de ello y lo ejecutemos con una intención invisible pero perceptible. Creedme: no es lo mismo pasar una obra de manera automática, prestando atención sólo a la digitación, a los arcos y al ritmo, que hacerlo conociendo estas deliciosas complejidades hechas a propósito para enriquecer la música. En aquella época, este tipo de resoluciones de acordes eran relativamente nuevas, aunque posteriormente, como más o menos todo en la música y en la vida, fue utilizado en el clasicismo y en el romanticismo, y sigue vigente.

No pretendo en modo alguno dar una clase sobre lo que es una sexta napolitana, pero simplemente diré, resumiendo, que se trata de un acorde del segundo grado (es decir, por ejemplo, en la escala de la menor, el segundo grado sería el si), en el que se altera descendentemente medio tono la fundamental. En el ejemplo se ha transformado el si en si bemol. ¿Por qué, entonces, se le llama sexta? Porque comúnmente se suele utilizar la primera inversión del acorde, añadiendo la fundamental en el bajo. 



El acorde ii




El mismo acorde tras disminuir la fundamental del mismo: Sexta Napolitana

Al alterar de forma descendente la fundamental del acorde, se crea una mayor tensión armónica y un estado de ánimo especial, como anhelante. De hecho, la música estaba por aquel entonces muy a menudo al servicio del texto, generalmente muy poético y lleno de sentimientos muy intensos de todo tipo, el cual se intentaba potenciar con estos efectos conseguidos a base de progresiones de acordes ingeniosos o progresiones armónicas (y además, en el sur de Italia!!!).


La Hemiolia o Hemiola

 Hemiolia es una palabra griega que significa “entero y medio”, y que se ha consagrado a la música. Los autores italianos llamaban hemiolia a ese tipo de compás triple en que cada tiempo es una negra. La hemiolia actual consiste más o menos en tocar dos compases de tres tiempos como si se tratara de tres compases de dos tiempos. De este modo se obtiene un recurso rítmico que da por un momento la sensación de estar tocando un patrón binario cuando lo que está escrito es ternario. En la obra de Carlo Ricciotti aparecen varias de estas figuras, y cuando nos acercamos al compás en cuestión, a veces el director nos grita “HEMIOLIA!”, para que lo marquemos de manera correcta, enfatizando los tiempos adecuados.

La gracia de la hemiolia está en que puede ser utilizada de forma consecutiva, es decir 1-2-3, 1-2-3, 1-2, 1-2, 1-2, o bien de forma simultánea (con las diferentes partes de la orquesta, o bien en el piano, cada mano hace un ritmo). He encontrado dos ejemplos, uno de Haendel, y otro de Brahms, en los que se entiende perfectamente este concepto.


 

Para los amantes de la música como yo, estas “perlas del dire” son joyas. Gracias, Juan, no sólo por dirigirnos, tolerarnos, aguantarnos y encima mejorarnos, sino también por enseñarnos estos secretos herméticos.


3 comentarios:

  1. Parece ser que la sexta napolitana fue inventada por Giacomo Carissimi, maestro de Alessandro Scarlatti, y que la primera vez que se utilizó fue en el oratorio Jephté del año 1656.
    En el enlace siguiente se puede ver un vídeo con la partitura (ver min 4:20)

    http://www.youtube.com/watch?v=-URH_22zagk&feature=related

    ResponderEliminar
  2. Anónimo: muchas gracias por tu información y por tu enlace. Dime, ¿eres tú el autor de este blog:
    www.audicionescomentadas.com?
    En próximos posts publicaré la foto de la partitura con el lugar exacto donde se encuentra el acorde mencionado en la obra de Carissimi.

    ResponderEliminar
  3. Hola namei
    Como Anónimo no te contesta, te contesto yo.
    No, no es el autor de ese blog, pero podría haber sido.
    :)

    ResponderEliminar